Reconoce que forma parte de un grupo encabezado por José Woldenberg, y que trabajó activamente en el acuerdo que le permitiera llegar al cargo; destaca hasta una reunión en su propia casa con “todos” los actores políticos interesados.
El nuevo presidente del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco, David Gómez Álvarez, advirtió que si el Partido Revolucionario Institucional (PRI), decide levantarse de la mesa “será su decisión y su responsabilidad”, pero el órgano que encabeza seguirá adelante con la organización del proceso electoral.
Gómez Álvarez, quien apenas el lunes de esta semana fue designado consejero y presidente, en dos actos que tuvieron lugar en una misma sesión del pleno del Congreso local, sostiene sin embargo, que a pesar de “los discursos políticos”, tiene la certeza de ser aceptado por los dirigentes de todos los partidos políticos.
“Soy amigo de Javier Guízar (líder estatal del PRI)”, asegura, “y si bien por razones políticas, la fracción de diputados del PRI no votó a favor de la designación de Nauhcatzin Bravo Aguilar (el otro consejero elegido por el Congreso), hemos estado en comunicación. Me parece más ‘discurso político’ el rechazo al Instituto Electoral, pero estamos trabajando con los legisladores, los partidos políticos y tengo la confianza en que al final, no se levantarán del Instituto Electoral y podremos sacar adelante la elección de 2009”.
El mismo día que 27 diputados --el priista Jaime Prieto asegura que manifestó su voto en calidad de abstención, por lo que rechaza que se sumen 28 sufragios-- eligieron a los nuevos consejeros electorales y después le dieron el cargo de presidente del Consejo General del Instituto a Gómez Álvarez, el presidente estatal del PRI, Javier Guízar, manifestó que estaban revisando la posibilidad de retirarse del órgano electoral y pedir que sea el Instituto Federal Electoral (IFE) el que organice la elección local del año próximo.
“Por principio de cuentas”, anotó el nuevo presidente en la Mesa de Redacción de EL INFORMADOR, “el IFE no va a organizar la elección. Esa es una facultad constitucional de nuestro Instituto estatal; pueden apoyarnos, como ya lo hacen con el padrón, por ejemplo, pero no podrían organizar la elección por sí mismos, sino a petición expresa nuestra, y en colaboración”.
Un asunto previamente convenido
Gómez Álvarez decidió una estrategia para empezar a trabajar al frente del órgano que abandonó José Luis Castellanos González el pasado 25 de septiembre, de la que aparentemente, no oculta las líneas generales.
“Lo primero que debe quedar claro --asevera-- es que vamos a ser totalmente transparentes y vamos a sostener diálogo constante con todos los actores: los partidos políticos (nuestros principales clientes, dice), la sociedad, los organismos, las universidades, los legisladores, con todos... mi sentido del trabajo es muy horizontal”.
Y confiesa además que participó activamente en la construcción de un acuerdo que le permitiera llegar al cargo. Detalla incluso que consiguió reunir en su propia casa, el pasado 24 de septiembre, a “todos” los actores políticos interesados --no estuvo “el licenciado”, dice, en referencia a Francisco Javier Ramírez Acuña, “pero estuvo bien representado, y advierte que también trató el punto con Raúl Padilla López--, para concretar lo que después acabó de formalizarse en el Congreso del Estado, aunque le pesa lo que ocurrió con el PRI.
“Fuimos elegidos consejeros con la mayoría calificada, que no es poca cosa, pero hubiera querido la unanimidad”.
Reconoce, además, que forma parte de un grupo en el que “la cabeza es José Woldenberg” y recuerda que trabajó en un intento fallido para conseguir que Mauricio Merino fuera nombrado presidente del Consejo General del IFE.
Pero a pesar de todo, el reconocimiento no es interpretado por él como un impedimento, sino todo lo contrario. “Les he dado muestra a los dirigentes de los partidos y a los legisladores (y las fracciones de diputados no están tan unidas como pudiera pensarse, advierte) de que cuento con los conocimientos y con las tablas para sacar adelante, de la mejor manera, el proceso electoral. Tengo las credenciales, la ética y además, el oficio. Los conozco a todos; he escrito críticamente de todos los partidos y en 10 años en el medio, nunca he ocupado un cargo público, porque si en verdad tuviera ‘debilidad’ por un partido político, pues eso ya se hubiera reflejado en un cargo público. No. He trabajado en la académica y como analista, en medios impresos y electrónicos; todo eso ya lo dejé para dedicarme ahora a chambear de lleno en el Instituto Electoral”.
David Gómez Álvarez utiliza un lenguaje mezclando entre tecnicismos y frases coloquiales. “Tenemos que creérnosla”, dice, “somos consejeros y hay que actuar así”. Y habla entonces de que respetará cualquier determinación de tribunales que ordene la instalación de los consejeros electorales suplentes o que invalide su elección. “Pero mientras, tenemos la tarea de la elección”.
Subraya, volviendo sobre su elección, que “ha sido una etapa intensa, difícil, pero no es la primera que me toca vivir. Ya había intentado ser consejero (...), conozco estas carreras de resistencia, llenas de obstáculos hasta el último momento”.
El primer obstáculo
El Revolucionario Institucional se convierte en tema recurrente de sus pláticas recientes: “Tengo para mi que el PRI me ve con buenos ojos. Hay una distinción que hizo Javier (Guízar), de impugnar en cuanto al procedimiento, pero reconocer la capacidad y la ética de quienes fuimos designados.
“En ‘lo corto’, me ha ratificado por supuesto esa posición, ese sentimiento. Somos amigos Javier y yo desde hace mucho tiempo y entonces, estoy tranquilo de que el PRI está confiado en que vamos a conducir el proceso bien, aunque por razones políticas que escapan completamente a las cuestiones estrictamente de integración del Instituto, hayan tenido que votar de una manera distinta a la que yo hubiera deseado”.
El novel presidente, que además repite varias veces que su encargo terminará con el último día de mayo de 2010, intenta, finalmente, “cerrar esta etapa”, y lo sintetiza en sus propias palabras: “Ya están solventados todos los requisitos legales justamente por un procedimiento legislativo fundamentado en una designación por acuerdo parlamentario; es decir, es atribución de los diputados designar a consejeros, y para mi hay absoluta certeza y legalidad, aunque hay recursos legales que corren paralelamente. Creo que esto le inyecta certeza y legalidad al Instituto y al proceso; ya estamos integrados los consejeros y se cierra ese capítulo, pero si por alguna razón, los tribunales determinaran algo distinto, entonces el Legislativo tendría que volver a tomar decisiones y digamos, volver a legalizar las cosas”.
En sus palabras...
Sobre los consejeros suplentes: “No es mi papel platicar con los consejeros suplentes. En su momento ellos le pidieron al Instituto ser llamados (a integrarse al pleno) y el Instituto determinó no hacerlo y le pasó el asunto al Congreso; ellos tampoco los llamaron para designarlos consejeros. Ellos están en tribunales y entonces, pues hay que esperar; si la determinación del tribunal fuera en el sentido de incorporarlos y el Congreso lo determina así, pues serán bienvenidos. Si no, pues se quedarán en donde estén”.
Sobre las indemnizaciones millonarias: “No voy a investigar las indemnizaciones a los ex consejeros y otras personas. No es mi tarea; es una responsabilidad de los diputados, que así lo determinaron”.
La fiscalización a los partidos políticos: “La reforma electoral, que en general fue buena, dotó de facultades fiscalizadoras más fuertes al Instituto Electoral. Tenemos que trabajar en la integración de un perfil eminentemente técnico, ajeno a toda politización, para encabezar la Unidad de Fiscalización. Es algo que tendremos que hacer en los próximos días”.
-- ¿Ya tiene nombres de personas que cubran el perfil?
-- En este momento... no los recuerdo. (risas).
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